Más de una semana sin publicar el blog. Entre la finalización, entrega, espera de resultados de aptitud y demás cuestiones sobre el TFM, adicional las horas dedicadas a publicar contenido en las redes sociales, aprender edición de video e intentar ordenar todo el material que llevamos grabado -ya saturé el disco duro externo, la memoria del iPhone y los 200 GB de el iCloud-, se pasaron estos días. Lo bueno es que en las redes queda constancia del esfuerzo realizado en los entrenamientos y el ahínco puesto en el intento por escribir mejores textos… bueno, eso espero, que se note.
Estamos en la mitad de la última semana de las 20 que integraron esta primera etapa de mi programa de entrenamiento. Que rápido pasa el tiempo. Veinte semanas, cinco meses; tiempo dedicado a preparar el viaje de regreso a Cozumel 2022, entrenando tenazmente, dándole alegría a tu cuerpo Macarena. Debería de hacer un corte: ¿cuántos kilómetros? No sé si valga la pena escarbarle a las estadísticas de Garmin Connect para integrar las cifras, pero como las tengo a la punta de los dedos ahí va: en general desde que inicié a mediados de marzo, hasta el 31 de Julio, 2,900 kilómetros. ¿Muchos, pocos? No sé.
Mis dudas sobre la exactitud de las cifras: ¿registré todas las sesiones, incluso las de carrera en la banda y ciclismo en la estática? ¿Vale la pena; son necesarias en estos momentos? En fin. Trataré de ser más preciso conforme avance. Por cierto, resultan abrumadora la información que te proporciona el Garmin. Nunca le he dedicado tiempo a analizar bien la web connect.garmin.com dónde se encuentran mis datos. Aprovecharé este viaje para intentar descubrir la utilidad de la mayoría de ellos.
Por ahora, considero que lo relevante es pensar en lo que sigue con el entrenamiento. No tengo claro cómo continuar. Primera idea: el mismo programa, solo que ahora inicio con el 60 % y termino con el 80 %. ¿ Ventajas? Arranco pronto, tengo la agenda bien ajustada y me ha funcionado hasta ahora. ¿Desventajas? Continúo sin entrenamientos específicos para incrementar la fuerza y velocidad; claro, puedo darle medio giro más a la tuerca y ajustar el programa, modificando una sesión por disciplina a la semana, olvidando distancias y concentrándome en series. Pero, ¿de dónde saco las series de velocidad en natación, carrera y ciclismo respetando la periodicidad del programa? ¿Fuerza? Quizá una sesión de carrera en Chipinque y una subida en bicicleta desde la casa hasta la meseta a la semana. Más dudas: ¿qué días elijo? ¿será suficiente con esas dos sesiones a la semana? ¿serán demasiado veinte semanas -40 ascensos- subiendo la montaña? El programa de Mark Allen , que usé como base esta etapa (lo utilicé en tres de mis cuatro Ironman) tiene dos sesiones de Gimnasio a la semana, pero solamente las programa en las primeras cuatro semanas. ¿Suficiente 8 sesiones de fuerza en GYM?¿No será excesivo trabajar el 80 % de un programa diseñado para finalizar un Ironman completo en esta etapa? En fin, es como construir un proyecto tipo Frankenstein, un híbrido producto de la unión de diversos programas pero de entrenadores diferentes.
Segunda opción: contactar a Phil Mosley, coach que le diseñó el programa a mi amigo Mario Rodriguez y que está utilizando para su Ironman el próximo mes de septiembre. Implica modificar la agenda ya dominada. Temor a lo desconocido. Costo. De acuerdo a lo que me platicó, utilizan los datos del Garmin para evaluar el estado físico actual y de ahí partir el diseño del programa. Datos como la frecuencia en reposo, la máxima y la promedio, el VO2Max. El Garmin tiene el registro de estos meses. Otra desventaja, el coach es norteamericano, y aunque aparentemente toda la comunicación ocurre vía correo electrónico, no deja de ser un incordio.
La tercera alternativa, es hablar ya con mi coach, Luis Hernández. No logro determinar la verdadera razón que me detiene. Conociéndolo, pienso que probablemente tome uno de sus programas, y con algunos ajustes adecuados a mis características, me lo presente. Eso no tiene nada de malo. Es casi lo mismo que las otras opciones que estoy considerando, salvo que con un poco más de costo, pero sobre todo, de más compromiso por mi parte. Aunque esto último, bah, sale sobrando: estoy cien por ciento comprometido.
¿Cómo me siento? Contento, cansado, preocupado -el tema del trabajo y el dinero inquieta-, pero razonablemente satisfecho. También sorprendido de lo rápido que reaccionó mi cuerpo y mi mente. El cuerpo tiene memoria, sin duda. Es la única explicación a su adaptación después de 8 años sin ejercitarse y tras pasar por una encefalopatía. Este cuerpo mío, casi puro carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, respondió al llamado. Mi memoria corporal, grabada en mis músculos, mis huesos, en mi carne, colaboró facilitándome el regreso al deporte.
Pensé que me costaría mucho más regresar a la disciplina diaria. El viaje hasta ahora ha sido mejor de lo esperado. Agradecido con Luz, que lo ha hecho fácil y hasta divertido. La verdad es que me saqué la lotería.
Hoy una duda me carcome: el 70.3 programado para el domingo. Si decido no hacerlo, no debo considerar que demerita el trabajo ya hecho. No tengo la culpa de que el Sport City abra tan tarde los domingos. Y el tema de la seguridad adquiere relevancia, porque salir de la alberca a las 10:30 hacia La Huasteca y terminar ahí el ciclismo y la carrera sin conocer el tráfico dominguero de automóviles y ciclistas es un riesgo que debo evaluar con mucho cuidado y hablarlo además con Luz María, que sufre más que yo.
Sé que resolver la duda sobre si puedo o no realizar un 70.3 en estos momentos puede resultar relevante para evaluar el resultado del programa de entrenamiento. Saber dónde estoy parado, más allá de lo que opinen las estadísticas del Garmin. Tengo claro que tiene una parte de invento mío eso de programar como cierre de la primera fase un medio Ironman. Pero es que para eso esta programado el descenso de agosto: ¡para terminar con un evento! Así que debo hacer todo lo posible para realizarlo, incluso cambiándolo al sábado si así me siento más seguro. Además, ¿con qué lo sustituyo? ¿Con seis horas de bicicleta? Es indispensable que este fin de semana programe un entrenamiento largooooo, aunque sea sin la natación. ¿95/21? Probablemente en eso termine. 90 kilómetros de ciclismo y 21 de trote por la Carretera Nacional. Como siempre, la duda se esconde en los 21 K de la carrera. La máxima distancia recorrida ha sido 15 Kilómetros y solo una ocasión, y no quiero ni debo lastimarme en el intento. Pero debo intentarlo. Los invito a verlo el domingo en la página de FaceBook.
Hoy tocó un ligero combo de 1,200 metros en la alberca y 55 minutos de ciclismo, que para obviar, lo realicé en una bicicleta estática del Sport City. Durante la sesión lo pensé y decidí: el sábado nadaré los 1,900 metros y el domingo, en la Carretera Nacional los 90/21. Solo falta resolver dónde terminar el ciclismo para realizar la carrera. Un circuito de 3 vueltas de 7 Kilómetros, con la camioneta y Luz María estacionados en la mitad. Necesitamos un lugar con mucha sombra, seguro y con un buen acotamiento para correr minimizando riesgos cuando vaya en el mismo sentido que los automóviles. Una larga recta plana de preferencia. A buscar en los planos y videos que tenemos. Nos vemos pronto.
Estimado Humberto, cualquier decisión que tomes sobre cuál programa seguir será adecuada para ti debido a tu empeño en el seguimiento del mismo. Con mucho gusto te acompañaría cuando decidas rodar 90 y correr 21 ya que yo no tengo un lugar para nadar en fin de semana pero en las otras disciplinas con gusto lo haría. Estoy pensando seriamente en realizar el IM en Cozumel en 2022 ya que este año se está complicando mucho por el tema del COVID y mi IM ya está muy cerca (Sep. 26,2021 en Chattanooga, Tn.) y además aún ni siquiera están abiertas las fronteras para ir a Estados Unidos (tenía pensado ir por tierra acompañado para disfrutar aún más la experiencia). Me agrada leer tu Blog ya que yo no escribo pero también vengo de un receso de 6 años (Sep. 2013 – Sep. 2019) y tus experiencias son muy similares a lo que yo pasé los 6 meses siguientes a la decisión de regresar. Te mando un fuerte abrazo y seguimos en contacto.
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